Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.
En el país de los sueños no podía faltar el gran soñador de piel oscura.
A Martin le asesinaron siendo yo una niña , pero su "estela" quedó aquí, para mí y para muchas personas .Él creyó que podemos ser iguales en la diferencia, o diferentes en la igualdad y la tolerancia.Estos valores , por los que él y tantos otros lucharon forman parte ya de la vida de muchas personas.Me queda el consuelo de saber que las cosas han ido cambiando gracias a Luther King y a tantos otros "soñadores" . Y que aunque lamentable, su muerte puede que no hay sido del todo en vano.

Hoy, muchos años después de su asesinato , por primera vez en la historia, una persona de color será candidato a la presidencia de los Estados Unidos. Puede que no consiga ser Presidente, pero es un paso tremendamente importante ... A Luther King le hubiese gustado vivirlo.

Martin Luther King

Martin Luther King nació el 15 de enero de 1929 en Atlanta (Georgia).
Hijo del Reverendo Martin Luther King, llegó al mundo en una habitación de la casa en la Avenida Auburn 501. Fue el primogénito y recibió el mismo nombre que su padre, los familiares lo llamaban "M.L.". Durante los próximos 12 años vivió en esta casa victoriana de dos pisos, junto con sus padres, abuelos, hermanos, tíos, tías y otros residentes.
Entró con 15 años en el Morehouse College y fue ordenado ministro baptista a los 17. En 1951 se Graduó en el Crozer Theological Seminary, realizó su trabajo de posgrado en la Universidad de Boston. En Crozer y Boston comenzó a tratar las ideas del nacionalista indio Mohandas Gandhi, las cuales se convirtieron en el centro de su propia filosofía de protesta no violenta.
En 1954 fue nombrado como pastor en la Iglesia baptista de Dexter Avenue en Montgomery (Alabama). Ese año, fue prohibida la educación pública segregacionista que mantenían el Tribunal Supremo de Estados Unidos con numerosos estados del sur. En 1955 se organizó una protesta contra una compañía de transportes públicos en Montgomery,en la que se había cometido la injusticia de provocar el arresto de una mujer negra tras negarse a dejar su asiento a un pasajero de blanco ( Rosa Parks se negó a obedecer al chófer de un autobús público, el cual quería obligarla a ceder su asiento a una persona de raza blanca. Fue encarcelada por su conducta acusada de haber perturbado el orden).
Este suceso inició más protestas contra la segregación. Martin Luther King llamó al boicot de los autobuses de Montgomery con las siguientes palabras: "No tenemos otra opción que la protesta. Han sido muchos los años de notable paciencia, hasta el punto de que, en ocasiones, hemos dado a nuestros hermanos blancos la impresión de que nos gustaba el modo en que nos trataban. Pero esta noche estamos aquí para liberarnos de esa paciencia que nos ha hecho pacientes con algo tan importante como la libertad y la justicia".
La protesta se llevó a cabo durante 381 días; en ella King fue arrestado y encarcelado, su vivienda fue destrozada y recibió muchas fue amenazado de muerte. En 1956 se puso fin al boicot con una orden del Tribunal Supremo que prohibía la segregación en el transporte público de la ciudad. Trás el éxito conseguido en el boicot de Montgomery, King tomó el papel de líder muy respetado.
Trás esto, se fundó la Conferencia de Líderes Cristianos del Sur (SCLC) por los clérigos negros de todo el Sur, los cuales nombraron a King su presidente. En 1959 abandonó su pastorado en Montgomery para ejercer en la Iglesia baptista de Ebenezer en Atlanta, un gran paso para permitirle participar en el liderazgo nacional del movimiento de derechos civiles.
Surgieron ciertas diferencias de ideología y jurisdicción entre la SCLC y otros grupos (Poder Negro y Musulmanes Negros), pero King pidió que la no violencia siguiera siendo la estrategia principal de resistencia.

En 1963 se puso al frente en Birmingham (Alabama) de una campaña a favor de los derechos civiles para lograr el censo de votantes negros, acabar con la segregación y conseguir una mejor educación y alojamiento en los estados del sur. Durante estas campañas fue arrestado varias veces.
El 28 de agosto de 1963 organizó la más famosa de sus protestas hacia la capital de los Estados Unidos donde las 200.000 personas que habían marchado sobre Washington en apoyo de los derechos civiles le oyeron pronunciar su más famoso discurso: "Sueño con el día en que esta nación se levante para vivir de acuerdo con su creencia en la verdad evidente de que todos los hombres son creados iguales (...) Sueño con el día en que mis cuatro hijos vivan en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por la integridad de su carácter".

En 1964 le otorgaron el Premio Nobel de la Paz.
En 1965 King comenzó a expresar su rechazo hacía el papel de los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam. King creyó que la solución de los problemas locales de las relaciones humanas eran inviables debido a la guerra Vietnam , a la cual se opuso abiertamente . En 1967, King se asoció a los dirigentes del movimiento contra la guerra, independientemente de su color."Sabía que nunca podría pronunciarme contra la violencia de los oprimidos en los ghettos sin primero haber hablado claramente ante el surtidor de violencia más grande en el mundo hoy día: mi propio gobierno", subrayó. "Una nación que continúa, año tras año, gastando más en la defensa militar que en programas de asistencia social, se está aproximando a la muerte espiritual"

El 4 de abril de 1968 King fue asesinado en Memphis (Tennessee). James Earl Ray, un preso blanco que había escapado de la prisión, fue arrestado por el asesinato; declarado culpable, en marzo de 1969 se le sentenciaron 99 años de cárcel. El lugar de nacimiento y su tumba en Atlanta fueron designados lugares históricos nacionales. Para conmemorar la muerte violenta el 4 de abril de 1968 del líder de los derechos civiles, Martin Luther King, Jr., muchas ciudades y estados decretaron días para recordarlo.
Su buena amiga Mahalia Jackson cantó su himno favorito : "Take My Hand, Precious Lord" en su funeral.

La América que conoció Martin

Todo ocurrió de forma muy rápida, en la década de protestas masivas y de desobediencia civil que precedió a su asesinato. Estados Unidos era entonces la primera potencia militar y económica del mundo, en la que, sin embargo, prevalecía todavía el racismo, una herencia de la esclavitud que esa sociedad tan rica y democrática no había sabido eliminar. Millones de norteamericanos de otras razas diferentes a la blanca se topaban en la vida cotidiana con una aguda discriminación en el trabajo, en la educación, en la política y en la concesión de los derechos legales.

Martin Luther King vivió de cerca ese sistema segregacionista en su ciudad natal, Atlanta, en Georgia, donde se dividía a negros y blancos en las escuelas, restaurantes, teatros, autobuses y hasta en las fuentes públicas para beber agua. Fue su madre, Alberta Williams, hija también de un pastor de la Iglesia baptista, quien le enseñó que ese sistema de segregación no era el resultado de un orden natural, sino una condición social querida e impuesta por los hombres blancos.
Martin Luther King decidió pronto seguir el camino de su padre.
Estudió teología en Boston y en octubre de 1954 se trasladó con su mujer, Coretta Scott, a Montgomery (Alabama), para ocupar su primer trabajo como pastor y predicador de la Iglesia baptista. Montgomery, la antigua capital de la Confederación durante la guerra civil de los años sesenta del siglo XIX, constituía un excelente ejemplo de cómo la vida de los negros estaba gobernada por los arbitrarios caprichos y voluntades del poder blanco. La mayoría de sus 50.000 habitantes negros trabajaban como criados al servicio de la comunidad blanca, compuesta por 70.000 habitantes, y apenas 2.000 de ellos podían ejercer el derecho al voto en las elecciones. Allí, en Montgomery, en esa pequeña ciudad del sur profundo, donde nada parecía moverse, comenzaron a cambiar las cosas el 1 de diciembre de 1955.

Ese día por la tarde, Rosa Parks, una costurera de 42 años, cogió el autobús desde el trabajo a casa, se sentó en los asientos reservados por la ley a los blancos y, cuando el conductor le ordenó levantarse para cedérselo a un hombre blanco que estaba de pie, se negó. Dijo no porque, tal y como lo recordaba después Martin Luther King, no aguantaba más humillaciones, y eso es lo que le pedía "su sentido de dignidad y autoestima". Rosa Parks fue detenida y comenzó un boicoteo espontáneo a ese sistema segregacionista que regía en los autobuses de la ciudad. Uno de sus promotores, E. D. Nixon, pidió Martin, casi recién llegado a la ciudad , que se uniera a la protesta. Y ése fue el bautismo de Martin Luther King como líder del movimiento de los derechos civiles. Unos días después, en una iglesia abarrotada de gente, King avanzó hacia el púlpito y comenzó "el discurso más decisivo" de su vida. Y les dijo que estaban allí porque eran ciudadanos norteamericanos y amaban la democracia, que la raza negra estaba ya harta "de ser pisoteada por el pie de hierro de la opresión", que estaban dispuestos a luchar y combatir "hasta que la justicia corra como el agua".

Los 13 meses que duró el boicoteo alumbraron un nuevo movimiento social. Aunque sus dirigentes fueron predicadores negros y después estudiantes universitarios, su auténtica fuerza surgió de la capacidad de movilizar a decenas de miles de trabajadores negros. Una minoría racial, dominada y casi invisible, lideró un amplio repertorio de protestas -boicoteos, marchas a las cárceles, ocupaciones pacíficas de edificios...- que puso al descubierto la hipocresía del segregacionismo y abrió el camino a una cultura cívica más democrática.

Pero la libertad y la dignidad para millones de negros no podían ganarse sin un desafío fundamental a la distribución existente del poder. La estrategia de desobediencia civil no violenta, predicada y puesta en práctica por Martin Luther King hasta su muerte, encontró muchos obstáculos. A John F. Kennedy, ganador de las elecciones presidenciales de noviembre de 1960, el reconocimiento de los derechos civiles le creó numerosos problemas con los congresistas blancos del sur y trató por todos los medios de evitar que se convirtiera en el tema dominante de la política nacional. No lo consiguió, porque antes de que fuera asesinado en Dallas (Tejas) el 22 de noviembre de 1963, el movimiento se había extendido a las ciudades más importantes del norte del país y había protagonizado una multitudinaria marcha a Washington en agosto de ese año, la manifestación política más importante de la historia de Estados Unidos.

El movimiento por los derechos civiles cosechó en los años siguientes frutos extraordinarios. Bajo el Gobierno del demócrata Johnson, sucesor de Kennedy, la Civil Rights Act de julio de 1964, a cuya firma asistió Martin Luther King, prohibió la discriminación en el trabajo por motivos de raza o género, y los trabajadores negros y las mujeres comenzaron a rechazar el tratamiento de segunda clase que se les daba en muchas industrias y servicios. Un año después, una radical modificación del sistema electoral garantizó el derecho al voto de los negros. King se lo había pedido de forma urgente a Johnson, en una reunión que mantuvieron en la Casa Blanca tras obtener el premio Nobel de la Paz de 1964. A finales de esa década, miles de negros habían sido elegidos en el sur como alcaldes, sheriffs o legisladores de los diferentes Estados.

No fue todo un camino de rosas. La batalla contra el racismo se llenó de rencores y odios, dejando cientos de muertos y miles de heridos. La violencia racial no era un fenómeno nuevo en la sociedad norteamericana, pero hasta entonces esa violencia había sido protagonizada por grupos de blancos armados que atacaban a los negros y por el Ku Klux Klan, la organización terrorista establecida en el sur precisamente para impedir la concesión de derechos legales a los ciudadanos negros. Durante los años sesenta, por el contrario, muchos negros respondieron a la discriminación y a la represión policial con asaltos a las propiedades de los blancos, incendios y saqueos. Las versiones oficiales y muchos periódicos culparon de la violencia y de los derramamientos de sangre a pequeños grupos de agitadores radicales, aunque posteriores investigaciones revelaron que la mayoría de las víctimas fueron negros que murieron por los disparos de las fuerzas gubernamentales.


Con tanta violencia, la estrategia pacífica de Martin Luther King parecía tambalearse. Y frente a ella surgieron nuevos dirigentes negros con visiones alternativas. El más carismático fue el conocido como Malcolm X, que había visto de niño cómo el Ku Klux Klan incendiaba su casa y mataba a su padre, un predicador baptista. Criticó el movimiento a favor de los derechos civiles, despreció la estrategia de la no violencia y sostuvo una agria disputa con Martin Luther King, al que llamó "traidor al pueblo negro".

En aquel sistema económico que generaba profundas desigualdades , el discurso de Martin Luther King se endureció, incorporó explícitas apelaciones a la lucha de clases para rectificar las consecuencias sobre la población negra de generaciones de exclusión y desposeimiento. El eco de su voz traspasó las fronteras del sur y los barrios negros, para sonar con fuerza entre los hispanos, los blancos pobres, todos los marginados y olvidados de la sociedad norteamericana. Desde la primavera de 1967, ese compromiso a favor de la causa de los pobres coincidió, además, con un enérgico rechazo a la guerra de Vietnam, a la brutalidad de una contienda que llamaba a los negros a sacrificarse por una democracia que ellos "nunca habían experimentado".

Para muchos , Martin Luther King ya no era sólo el defensor de los derechos civiles, sino un peligroso subversivo.
King lo percibió y comenzó a mostrarse triste, abandonado, a temer una reacción derechista, a sentir miedo a la muerte, él que había sufrido la cárcel, varios atentados fallidos, incontables humillaciones.

El miércoles 3 de abril de 1968 llegó a Memphis (Tennessee) para apoyar una huelga de basureros negros. Esa misma noche, en el que sería su último discurso, les dijo que conseguirían "la Tierra Prometida". Al día siguiente, por la tarde, en el balcón de su habitación del hotel Loraine, un solo disparo acabó con su vida. Tenía 39 años. Cuando se conoció su muerte, la rabia y la violencia se propagaron en forma de disturbios por más de un centenar de ciudades. Era el final amargo de una era de sueños y esperanzas. Lo dijo su padre, el predicador baptista que le había inculcado los valores de la dignidad y de la justicia: "Fue el odio en esta tierra el que me quitó a mi hijo".

Las frases

_ Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos.
_ Si el hombre no ha descubierto nada por lo que morir, no es digno de vivir.
_ Nada se olvida más despacio que una ofensa; y nada más rápido que un favor.
_ Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos.
_ Nadie se nos montará encima si no doblamos la espalda.
_ La discriminación de los negros está presente en cada momento de sus vidas para recordarles que la inferioridad es una mentira que sólo acepta como verdadera la sociedad que los domina.
_ De mi formación cristiana he obtenido mis ideales y de Gandhi la técnica de la acción.
_ El brazo del universo moral es largo, pero se dobla hacia la justicia.
_ Sueño con el día en que el bien derrotado vencerá al mal triunfante.
_ Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas.
_ Guardarme de la violencia, ya se exprese mediante la lengua, el puño o el corazón.
_ La injusticia en cualquier lugar es una amenaza en todos lados.
_El que es incapaz de perdonar es incapaz de amar.
_ A través de la violencia puedes matar al que odias, pero no puedes matar el odio.
_ La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve.
_ La sumisión y tolerancia no es el camino moral, pero sí con frecuencia el más cómodo.
_ Tuve un sueño en el cual mis cuatro pequeños hijos vivían en una nación donde no eran juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su persona.

_ Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda.
_ Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.
_ Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.

En Menfis ( según el reverendo Samuel Billy Kyles)

El reverendo Samuel Billy Kyles estuvo junto al célebre Nobel de la Paz en el Lorraine Motel minutos antes del disparo que segó su vida, un día después de ofrecer un multitudinario mitin.
en febrero de 1968, cuando los basureros de Menfis, principalmente afroamericanos, iniciaron una huelga para protestar por los bajos salarios y las condiciones de trabajo infrahumanas a las que estaban sometidos. "Aquello fue extraordinario porque, pese a su condición social, eran conscientes de que los estaban pisoteando y plantaron cara a la policía, que entonces era muy violenta con la gente negra".
El reverendo Kyles tomó la iniciativa y logró que toda la comunidad se solidarizara con la protesta, aunque las autoridades se mostraron indiferentes. Entonces recurrió a Martin Luther King, que no dudó en viajar a Menfis para encabezar una marcha pacífica en apoyo a la causa. "El nos dijo que debíamos soñar a lo grande y creer en nuestras ideas", recuerda emocionado el reverendo, y eso les animó a seguir.
La marcha se celebró a finales de marzo, pero acabó con altercados violentos y Martin Luther King resultó herido. Más tarde se supo que alguien había pagado a varios grupos de jóvenes para que boicotearan la manifestación. El reverendo Kyles no tiene dudas al respecto: "Cierta gente con poder no quería que Martin encabezara nunca más una marcha pacífica".
Pero, lejos de resignarse, el doctor King decidió volver a Menfis para demostrar que se podían cambiar las cosas sin recurrir a la violencia. El 3 de abril, en medio de una gran tormenta, se celebró un mitin multitudinario en la iglesia de Mason y pronunció su famoso discurso He estado en la cima de la montaña, ( "Dios ha permitido que llegara a la cima de la montaña y desde allí he visto la tierra prometida", ... y es posible que no vaya a la tierra prometida con ustedes".
"Estoy feliz esta noche. Nada me preocupa. No temo a hombre alguno. Mis ojos han visto la gloria de la venida del Señor"
) que fue muy ovacionado.

"Nunca imaginamos que aquel sería su último discurso, pero creo que él sabía que el tiempo se le acababa, porque recordó varios momentos de su vida e hizo muchas alusiones a la muerte".
Al día siguiente estaba previsto que Martin Luther King y Ralph Abernathy, su mano derecha, fueran a cenar a casa del reverendo Kyles. Pero hubo una confusión con la hora y, cuando este fue a recogerlos al Lorraine Motel, donde se hospedaban, ellos aún no estaban preparados. "El nunca tenía prisa, así que me senté en la habitación y tuve el privilegio de pasar con él la última hora de su vida".

Hacia las seis de la tarde salieron al balcón a tomar un poco de aire (El Hotel Lorraine era el único de Memphis que aceptaba negros) . Martin Luther King se acercó a la barandilla para saludar a Ben Branch, el músico que iba a tocar en la cena, y entonces se escuchó el disparo. El reverendo Kyles se giró de inmediato. "Martin había caído al suelo y tenía un agujero en la parte derecha de la cara. Corrí a la habitación para llamar a una ambulancia, pero la operadora no estaba en la centralita".
Cuando volvió al balcón, alguien había avisado a la policía y trasladaron al doctor Luther King al hospital, donde les comunicaron la trágica noticia. "Nos dijeron: ´Lo hemos perdido´".
En 1968 no asesinaron solo a un líder emblemático distinguido con el Premio Nobel de la Paz, sino que también murió uno de los grandes soñadores de la historia. Pero, tal y como afirma el reverendo Kyles: "Puede que mataran al soñador, pero nunca podrán arrebatarnos su sueño".

"I have a dream" ("Yo tengo un sueño").

( Extracto de su discurso pronunciado al final de la Marcha sobre Washington , que tuvo lugar el 28 de agosto de 1963 en el Lincoln Memorial)
" Todavía, tengo un sueño. (...)Tengo un sueño de que, un día, esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo. Sostenemos como verdades evidentes que todos los hombres nacen iguales.
(...)Tengo un sueño de que mis cuatro hijitos un día vivirán en una nación donde no se les juzgará por el color de su piel, sino por su carácter....Esta es nuestra esperanza.
(...) Con esta fé podremos, de una montaña de desesperación, labrar una piedra de esperanza.Con ésta fé, podremos transformar el cencerreo discordante de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad.Con ésta fé, podremos trabajar juntos, orar juntos, luchar juntos, ir juntos a prisión, escalar en lo alto en busca de nuestra libertad, sabiendo que un día seremos libres." _Discurso pronunciado durante la Marcha a Washignton en Defensa de los Derechos Civiles._
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